Barranco de las Ánimas

Algarrobo en el Barranco de las Ánimas
Fotografía de Jesús Joaquín López Moreno (2014)
Biodiversidad a pies del Camino Viejo de Ojós
El Camino Viejo de Ojós aprovecha la depresión del Barranco de las Ánimas. Aquí se hallan varios ejemplares notables de un árbol muy propio de las regiones de clima mediterráneo: el algarrobo (Ceratonia siliqua). Se trata de una especie que prefiere las zonas soleadas y secas, al no sentirle nada bien las heladas. Por eso, está tan bien adaptada a la calidez del Valle de Ricote. Los encontramos casi siempre de forma cultivada, como podemos observar en los hermosos ejemplares dados en el Barranco de las Ánimas, ya que su fruto, unas grandes vainas denominadas "algarrobas", han cumplido desde antaño una importante función como complemento alimenticio para el ganado. También pueden tener otros usos destinados a la alimentación humana, como para la producción de harina de algarroba (garrofín), que es utilizada para la elaboración de bizcochos y otros postres, o como aditivo alimentario. Los mejores ejemplares del municipio de Ricote se encuentran catalogados como árboles singulares y protegidos por el planeamiento municipal.

Chovas piquirrojas
Fotografía de Héctor Manuel Quijada Guillamón (2014)
Por esta zona también transitan dos vías pecuarias. La Colada del Salto de la Novia lo hace siguiendo el propio Camino Viejo de Ojós. Por su parte, la Vereda de Ojós pasa a pies del monte público Sierra del Salitre, que es Red Natura 2000 por encontrarse dentro de la Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) de la Sierra de Ricote-La Navela, albergando especies como el halcón peregrino, la chova piquirroja y el búho real.

Más adelante, en el paraje de El Lari (árabe "haris" = "guardia"), está el inicio del Sendero del Castillo de Ricote (SL-MU 26). Aunque no se encuentra dentro de este itinerario patrimonial, es una buena opción para quienes quieran ampliarlo, ya que posibilita la visita del entono de las ruinas de la fortaleza medieval, al tiempo de disfrutar de unas excelentes vistas de la Huerta de Ricote, del Estrecho del Solvente y de las sierras que lo circundan.

Texto: Héctor Manuel Quijada Guillamón (2015).